Contrato de Sumisión

EL CONTRATO:
Cuando estás en una relación de BDSM, cuando tienes un AMO o una AMA, se suele plantear, con seriedad, que se firme un Contrato de Sumisión.
Este tipo de Contratos existen en la vida real, no sólo en las películas, y pueden redactarse de muchas formas, siempre poniendo todas las actividades permitidas y dentro de los límites de la sumisa; las que no, por encontrarse fuera de dichos límites, y a lo que se somete la persona sumisa. Pero también se reflejan en el Contrato las obligaciones del Dominante.
Puede parecer una tontería pero, en realidad, el compromiso de ser Amo/a sumiso/a no es para nada algo a tomarse a broma. Hablamos de una relación, aunque sea sexual para la práctica del BDSM, donde se requiere que todo esté hablado y consensuado entre adultos. Para ello, se celebra ese Contrato que, por supuesto, no tiene validez más que dentro del juego BDSM. En realidad, ni él o ella te pertenece, ni tú le perteneces a esa persona.
Sin embargo, el Contrato de Sumisión es algo tan simbólico como el collar. En él ambos ponen por escrito a todo lo que se comprometen y las obligaciones que van a cumplir para satisfacer los deseos de la otra persona. Y, por supuesto, tienen que cumplirlo.
Habitualmente no hay un “sueldo” ni una “remuneración” por ser sumisa de nadie. De hecho tampoco se van a ocupar de ti por firmar el Contrato (eso solo queda en la ficción), pero sí se pueden exigir análisis periódicos para comprobar la salud de la sumisa y lo mismo con el Dominante, así como otras peticiones que no son tan extrañas como puedas pensar.
En internet se pueden encontrar muchos tipos de Contratos de BDSM que se pueden retocar para cada relación en concreto. Todo depende de lo que las personas quieran o estén dispuestas a hacer en esa relación que inician, como adultos que son. El Contrato se puede romper en cualquier momento (de hecho puede haber alguna cláusula al respecto sobre los pasos a dar en esa situación), sobre todo por el incumplimiento de los compromisos por alguno de los firmantes.
Pueden tener, también, la forma de Cuadros de Actividades y Límites, reflejando todas las actividades permitidas y dentro de los límites de la persona sumisa, así como las que no.
EL COLLAR:
Es un utensilio fundamental en el BDSM, algo que no solo hay que entenderlo, sino sentirlo.
Colocado alrededor del cuello de la sumisa o sumiso, puede tener distintos significados, el principal evidentemente es que la persona que lo porta pertenece como sumiso, siervo o esclavo a otra persona, la cual mantiene un papel de Dominante sobre el sujeto.
Durante la historia, se ponían a los esclavos para identificar a su propietario, estos precedentes históricos llevaron a la asociación de la esclavitud, o propiedad, con los collares en el BDSM.
En la cultura gay del cuero, se utiliza con frecuencia una cadena con candado, que alrededor del cuello hace de collar. Esto surgió en algunos bares de cuero en la década de los 80, en los que llevar un collar con un candado abierto indica que uno está buscando una relación esporádica y llevar el candado cerrado indica que se trata de una relación estable.
El collar es la señal usada comúnmente por los practicantes de la comunidad BDSM. Conlleva la misma intensidad y profundidad dentro del ambiente como lo hace un anillo de bodas. No importa qué forma de BDSM se practique, el collar es un símbolo universal reconocido de formar y estar dentro de una relación confiada y estable.
El collar también se coloca alrededor del cuello de la sumisa/o cuando el Dominante quiere jugar con su pareja, o más personas, y es el que indica al resto de los participantes que esa persona tiene AMO y se le debe pedir permiso si se desea interactuar con ella.
Colocar o recibir un collar nunca es tomado a la ligera por alguien que verdaderamente honre y respete la forma de vida BDSM. El significado del collar nunca debe ser olvidado. Un collar debe ser ofrecido, o recibido, seriamente y con intención.
Piensa antes de usarlo, que es un compromiso que debe atar a un/a Am@ y a un/a sumis@ juntos. Asegúrate que estás listo para mantener las tradiciones que hay detrás del collar, antes de ofrecerlo o aceptarlo.
LAS PALABRAS DE SEGURIDAD:
¿Qué es una palabra de seguridad?
Es una palabra o serie de palabras decididas entre el/la Dominante y el/la sumiso/a para ser utilizadas, en caso de necesidad durante una sesión, por cualquiera de las partes para detenerla. La fórmula que más frecuente es: rojo (parar), amarillo (frena, precaución), verde (adelante). Tan simple como un semáforo.
¿Cómo escojo las palabras de seguridad?
La palabra que escojas debe indicar claramente al/la Dominante que algo no va bien en la sesión. Por ello, probablemente, la palabra “NO” no es una buena elección. Llevadas por la excitación del momento, algunas personas puede decir que no, cuando en realidad quieren decir que sí. La elección de la palabra es una cuestión a tratar siempre entre las dos partes de la relación. Basta con asegurarse de que sea una palabra fácil de recordar y que no sea de uso corriente durante las sesiones, para que funcione.
¿Cuándo se deben fijar las palabras de seguridad?
Siempre antes de que se produzca la primera sesión, durante el proceso de negociación que debe darse entre las partes que desean entablar una relación de D/s.
¿Puede una palabra de seguridad suponer una limitación o pérdida de control por parte del/la Dominante?
Si y no, depende del punto de vista. En mi opinión, el/la Dominante es quien posee el control de la sesión, quien decide lo que sucede en ella y la dirección que va tomando la sesión. Una palabra de seguridad es simplemente una forma de expresar que se ha alcanzado un límite o que algo va francamente mal. Muchas de las actividades y prácticas que se llevan a cabo en una relación de D/s conllevan una serie de riesgos y nadie es perfecto, de manera que la posibilidad de que se infrinja daño físico es real. Las palabras de seguridad son una buena manera de prevenir ese riesgo. (En la valoración de una relación como "segura y mutuamente consentida", la existencia de palabras de seguridad es uno de los elementos importantes).
¿Qué ocurre si dejo de utilizar palabras de seguridad en mi relación?
Normalmente, en una relación de D/s duradera, el uso de palabras de seguridad suele desaparecer poco a poco con el tiempo, porque la persona Dominante conoce tan bien a la otra persona, que sabe cuáles son sus límites y qué ritmo debe imprimir a las sesiones para no ir demasiado deprisa. Igualmente, una multitud de pequeños detalles permiten saber lo que pasa en todo momento entre ambos, haciendo que se sientan tan cómodos que ya no sea necesario utilizar la palabra de seguridad. Si es éste tu caso, ¡enhorabuena! Tienes suerte de tener una relación que funcione así de bien.
¿Cuándo debo usar la palabra de seguridad?
Las palabras de seguridad se usan con más frecuencia en aquellos momentos en los que se está alcanzado el límite, bien psíquico o físico, y no aguantas más.
¿Puede un/a Dominante ignorar una palabra de seguridad en alguna ocasión?
La respuesta a esta pregunta es sencilla y rotunda: NO. La palabra de seguridad tiene su razón de ser. Si es usada, lo será con motivo y no debe ser ignorada.
¿Qué ocurre si tengo la sensación de que mi sumisa/o está abusando de la palabra de seguridad?
Si crees que tu sumisa/o está usando la palabra de seguridad de forma abusiva, deberías sentarte con él/ella y hablar del tema juntos. Puede que algo le esté molestando seriamente, haciéndole/la sentirse incomodo/a o inseguro/a.
¿Podría un/a Dominante castigar alguna vez a su sumiso/a por usar la palabra de seguridad?
La respuesta lógica a esta pregunta es NO. Castigar a un sumiso/a por haber usado la palabra de seguridad honestamente, de acuerdo con las condiciones establecidas para su uso, es algo que merma la confianza. El/la sumiso/a confía en que el/la Dominante respetará lo pactado. Castigarle/a por usarla le hará sentir que la palabra de seguridad carece de sentido. Por lo tanto, generará desconfianza y sensación de inseguridad, perjudicando la relación. Sin embargo, si se ha usado la palabra de seguridad sin motivo, podría aplicarse un castigo.
Me siento culpable cuando uso la palabra de seguridad. ¿He decepcionado a mi Dominante?
La respuesta a esta pregunta es NO. No has decepcionado a tu Dominante, aunque sentirse ligeramente culpable es una reacción perfectamente normal. Un/a sumiso/a intenta honesta y duramente satisfacer y dar placer a su Dominante, de todas las maneras en las que se le pide que lo haga. Muchos consideran que parar así una sesión va a disgustar al/la Dominante. Cuando se pronuncia la palabra de seguridad, el/la Dominante debe actuar en consecuencia e interrumpir la sesión, para apoyar y cuidar al/la sumiso/a, haciéndole saber que no ha ocurrido nada malo.
Mi Dominante y yo hemos decidido conscientemente eliminar la palabra de seguridad, ¿es normal?
Mucha gente se refiere a esta situación con la expresión “explorar los límites” o “crecer como sumisa/o”. En la mayoría de los casos para ayudar a que la/el sumisa/o encuentre sus límites. Otras personas hacen esto, con consentimiento previo, buscando una sesión más fuerte. Como puedes ver, como casi siempre en el D/s, no hay respuestas del tipo "correcto/incorrecto" a esta pregunta. Es una decisión personal, y cada relación es diferente.
Recuerda que el propósito de la palabra de seguridad es crear más confianza entre las partes que componen la relación. Ninguna relación de D/s funciona sin que exista una confianza mutua. No abuses de la palabra de seguridad, porque eso destruirá la confianza en la relación. El/la Dominante confía en que no abusaras de esa palabra, y el/la sumiso/a confía en que el/la Dominante la respetará. Así que úsala con sabiduría y mantendrás viva la confianza. En algunas relaciones no se usan palabras de seguridad. Eso no significa necesariamente que sea una relación insegura. Las palabras de seguridad tampoco te dan una garantía absoluta y nunca pueden sustituir a la comunicación entre las partes.
Un/a sumiso/a debe poder comunicarse con su Dominante durante la sesión para expresarle que algo está fallando. Por ejemplo, que unas esposas están demasiado apretadas o cosas así. Este tipo de comunicación ayuda a prevenir que una sesión acabe antes de lo que verdaderamente les hubiese gustado a las dos partes.
La palabra de seguridad es, asimismo, una forma de comunicarle a tu Dominante dónde están tus límites. Mediante su uso en cualquiera de sus sentidos, el/la Dominante también puede comunicarte lo mismo, sus límites. No usar la palabra de seguridad cuando realmente es necesario hacerlo rompe la comunicación. Usarla cuando no es necesario, también perjudica la comunicación y la confianza.